“La Voluntad en la Naturaleza”, el mundo de Teruhiro Ando
El 28 de mayo se celebró la inauguración de la exposición “La Voluntad en la Naturaleza” del artista japonés Teruhiro Ando en la residencia del Embajador del Japón en Madrid.
Ando, residente en Toledo desde 1992 ha recibido numerosos premios, entre ellos el primer premio del “Salón de Otoño de Madrid” en 2014. Meritoriamente sus obras forman parte de colecciones como la de la Biblioteca Nacional de Madrid, el Museo CEART de Madrid y de colecciones de Fundaciones como UNED, BMW y Wellington, entre otros.
En palabras del propio Ando; “Cada obra es como un haiku en el que se cuestionan las reglas de representación y se construyen universos personales con la complicidad del espectador”.
En su exposición “Cuatro Lágrimas” que tuvo lugar en el Centro Cultural San Marcos de Toledo en julio de 2013 (como parte de los eventos del Año Dual España y Japón para conmemorar 400 años de relaciones), expuso sus obras clasificadas en cuatro lágrimas; Lágrima 1 “Arrugas”, Lágrima 2 “Viceversa”, Lágrima 3 “Sísifo”, Lágrima 4 “Memorias”, series que Ando produjo en cuatro períodos diferentes de su vida.
Lágrima 1 “Arrugas” : Lágrimas XII-01 (Colección Diputación de Alicante)
Lágrima 2 “Viceversa” : Viceversa IX-13
Lágrima 3 “Sísifo” : Sísifo Xi-03
Lágrima 4 “Memorias” : Memorias S04-3 (Nambaya Okita, 1798 – Kitagawa Utamaro)
Actualmente sus obras se exponen en la residencia del Embajador del Japón en España.
Las obras de la serie “Viceversa” en las que el espectador experimenta sensaciones tridimensionales como huecos en la pared, pueden revelar algo inesperado al ser vistas desde cerca.
Teruhiro Ando
Es un artista de origen japonés que reside en España desde 1992. En 1984 se graduó en Bellas Artes por la Universidad de Tama (Tokio), donde se especializa en dibujo, realizando en aquella época obras figurativas de verismo minucioso. Continuó su formación entre 1985 y 1990 en Eslovenia, becado para realizar estudios de postgrado sobre pintura y restauración en la Academia de Bellas Artes de Liubliana. Su trayectoria se orientó entonces hacia el minimalismo y las instalaciones.
Entre 1993 y 2000, ya residiendo en Toledo, se aleja del mundo del arte y no expone, concentrándose en buscar su propio lenguaje y un camino personal. Profundiza en el estudio del arte clásico y busca una conexión entre éste y el arte contemporáneo, de donde surge su nuevo estilo, en el que hay un rigor técnico, propio de los grandes maestros clásicos y una constante búsqueda de formas y planteamientos.
En el año 2000, retoma la actividad artística y a partir de entonces su obra pictórica cuestiona la realidad de la percepción y asombra al espectador con la ilusión óptica que produce el trampantojo.
Ha recibido numerosos premios de pintura entre los que destacan el premio Adaja en 2005, el premio Bancaja en 2006, Salón de Otoño de Plasencia, el premio BMW de pintura en 2008 y Exposición Internacional de Artes Plásticas de Valdepeñas en 2012.
Nombrado en 2013 Académico Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, es también Embajador Honorífico de la Prefectura de Kagawa, Shikoku, Japón.